COMUNIDAD_
Reuniendo a residentes, artistas invitados e instituciones, Co-net busca construir una comunidad colaborativa en la que todos tengan voz.
RESIDENTES_
2022
STATEMENT
Mis proyectos se desarrollan dentro de la práctica de la fotografía y su relación con otras disciplinas como la escultura, la instalación, el vídeo o la creación artificial de imágenes por ordenador, etc. Explorando nuevos usos y límites del medio fotográfico, mostrando esas líneas difusas entre distintas disciplinas, pero partiendo siempre desde conceptos clásicos inherentes a la fotografía y la construcción de imágenes, como son la documentación, la clasificación y la representación.
Mi trabajo se estructura por proyectos, cada uno con identidad propia relacionada con los distintos lugares donde se realizaron (Roma, Miami, Mulhouse, Singapur, ...) enseñando particularidades propias de cada territorio. Las piezas resultantes son realizadas en el estudio y hacen referencia a la transformación que se opera en un espacio, creado artificialmente, al relacionar los objetos y su contexto, poniendo en cuestión la manera en la que los percibimos y certificando cómo la memoria se estructura y construye a través de las imágenes. La construcción de escenarios para posteriormente documentarlos sugiere una idea de escultura, que hace referencia a cómo el espacio se transforma en relación a los objetos elegidos. Esto permite verificar y explorar los límites de la realidad a través de la documentación fotográfica, instalaciones o imágenes generadas por ordenador.
Este proceso de construcción, ajustando las escenografías para acentuar las relaciones entre realidad y ficción, busca explorar los límites de la fotografía como medio y su evolución, donde el uso de objetos fácilmente reconocibles crea nuevos planos en la percepción de lo cotidiano.
PROYECTO - LA DONACIÓN
Cuenta la tradición oral, y también lo escribió Rafael Ribés Pla en su libro `L ́arròs a Castelló ́, que el rey Jaime I en 1.233 conquistó La Plana y se encontró con unas tierras de vegetación frondosa, muy llanas, en las que proliferaban las aguas estancadas originadas por las lluvias, los desbordamientos del Río Seco, las inundaciones procedentes del mar y la gran cantidad de manantiales de las tierras más bajas. El rey estimó inaprovechables aquellas tierras y por ello donó los terrenos secos y firmes de las zonas más altas a los caballeros, nobles y gente ilustre que lo acompañaban. Estas tierras prósperas siguen siendo aprovechadas a día de hoy, dotadas de un sofisticado sistema de regadío y conforman lo
que se conoce en Castellón como “La huerta”. Dichos terrenos limitan históricamente por el este con el Camí de la Donació, que recibió ese nombre por la frontera que supone entre las tierras donadas en la Edad Media a la gente cercana al rey y las tierras pantanosas que delimitan por el oeste con el Camí
de la Donació y que hoy denominamos La Marjalería.
Mucho más adelante, a finales del siglo XVIII, durante la Revolución Francesa -etapa en la que se impulsó el derribo del Antiguo Régimen-, se llevó a cabo la implantación del sistema métrico decimal, uno de los cambios más relevantes que se dieron en la época. Para ello, el científico francés Pierre Me-
cháin se encargó junto a su compañero Delambre de la inmensa tarea de medir el Meridiano 0o de la Tierra para posteriormente calcular su diezmillonésima parte y establecer el metro como unidad de medida universal. En la antigüedad se utilizaban diferentes sistemas de medición según la zona geográfica, que en muchos casos provenían de partes del cuerpo como la vara, los palmos o los pies. Esta gran diversidad de unidades provocaba cada vez más inconvenientes, sobre todo para el desarrollo científico y el intercambio comercial. Por otro lado, el sistema feudal abusó de esta carencia de unificación de las mediciones y la nobleza escogía de forma arbitraria, siempre a favor de sus intereses, los patrones correspondientes a las unidades de medida. El sistema métrico decimal fue uno de los grandes hitos de la modernidad y medía lo que se consideraba un mundo nuevo en el que el progreso humano estaba en el centro de las decisiones.
Resulta que el Camí de la Donació y el Meridiano 0o se cruzan en Castellón. Esta intersección que une dos líneas divisorias; una real, materializada en una calle y otra geodésica -proyectada por el hombre nos señalan una cuestión muy sencilla y otra muy compleja: La primera línea nos habla de una
separación medieval entre tierras prósperas y tierras “incultas”1
. La segunda línea obedece a un complejo proceso para establecer una unidad de medida universal basada en una dimensión geográfica y extraída directamente de la naturaleza para poder desarrollar el conocimiento humano y científico en aras de un supuesto progreso. Escribo el adjetivo supuesto
por lo lejana que ha quedado esa idea de progreso si la miramos desde nuestro siglo XXI. Todo el proyecto moderno, en el que se incluye la instauración de las unidades de medición globales, nos ha llevado al momento que habitamos de absoluta desigualdad y sensación apocalíptica constante ante la emergencia climática. Cualquier trozo de tierra contiene una superposición de intereses, de memorias, de sedimentos que nos cuentan historias y en los que leemos el tiempo; fragmentos de planeta que nos reflejan problemáticas globales. La Marjalería es un territorio especialmente denso, reconcentrado, excepcional, que ha pasado por muchos intentos de hacerlo rentable para el cultivo de arroz, una actividad controverti- da por los supuestos riesgos que suponía para la salud; el propio Mecháin falleció en Castellón cuando realizaba las mediciones del meridiano a causa de la fiebre amarilla. La Marjalería podría considerarse un espacio paradigmático de problemáticas actuales: una sencilla calle que aún separa la huerta, los naranjos, el sistema de regadío, de unos terrenos difíciles de cultivar por las inundaciones, con un conjunto de conflictos de intereses complicados de resolver y un ecosistema valioso a medio camino entre lo marino y lo terrestre que está en riesgo. Y estas tierras “incultas”, difíciles para el cultivo pero con un alto valor medioambiental, ahora quieren ser salvadas en un plan de ordenación urbana ante la urgencia que vivimos tras la hecatombe que hemos provocado en la naturaleza. Los patos, los cormoranes, las tortugas autóctonas deben protegerse, así lo desean las asociaciones de vecinos de la zona, pero también reclaman dotaciones mínimas como el resto de ciudadanxs de Castellón, y poderse construir una casetilla para guardar sus herramientas en las parcelas de cultivo, también evitar el derribo de casas que fueron construidas de forma previa a la calificación de estos suelos.
Mientras tanto La Marjalería se sigue inundando cada año ya que la depuradora no puede admitir todo el agua que baja de la Acequia Rafalafena cuando llueve en Castellón, y también porque los acuíferos subterráneos afloran formando los ullals, que literalmente significa colmillos en valenciano... Litros de agua que nos recuerdan que por muchas cifras exactas que usemos para estudiar estas inundaciones gracias a nuestro sistema internacional de mediciones, los naranjos crecen mejor en las tierrasal oeste de La Donación, en las zonas que ya hace muchos años se cedieron a los nobles. La Donación representa una frontera entre privilegios, la estratificación de clases trazada en un mapa.
1 Así describió Antonio Josef Cavanilles las tierras que hoy en día conocemos como La Marjalería en sulibro “Observaciones sobre la historia natural, geografía, agricultura, población y frutos del Reyno de Valencia”.
Antídoto
Antídoto es un trabajo sobre el reposo y la productividad y de cómo podemos combatir la inacción con rutinas y ejercicios diarios haciendo hincapié en la capacidad transformadora de lo insignificante. Para la realización de este trabajo me situaré en la intersección entre varias prácticas: entre la fotografía, el collage y el objeto encontrado.
¿Cuál es el antídoto para combatir esa desidia? ¿Puede la distracción ser productiva?
Mi proyecto pretende abordar la dialéctica entre el trabajo en estudio y el trabajo de campo (exterior) acerca de la distracción, utilizando la imagen como materia prima. Para ello, se pondrán en marcha distintas rutinas y ejercicios como derivas a pie, encuentros en el estudio de trabajo, documentación de acciones rutinarias, un open studio y una charla. Este trabajo pretende poner en valor el trabajo rutinario (a veces carente de sentido práctico) que realiza un individuo en el devenir de su vida adoptando diferentes roles como el de productor, recolector o simple observador. En muchas ocasiones la práctica fotográfica esta íntimamente relacionada a un territorio particular, por ello, me interesa explorar un lugar desconocido como Castellón y sus alrededores, aplicando las mismas metodologías de trabajo que en mi lugar habitual de acción. En este proyecto también me centraré en reflexionar sobre la identidad del territorio, poniendo especial atención a lo que pasa en sus márgenes. Condidero que mi trabajo se sitúa en la línea que conecta lo fotográfico con otras prácticas, por ello exploraré el territorio límite entre la ciudad y la naturaleza en busca de interrogantes y conexiones entre el plano físico y el conceptual. Una frontera de límites difusos donde transitan una serie de habitantes que dejan pistas sobre la propia singularidad del lugar.
BIO
Criada en los valores de la agricultura y la ecología me guio ayudándome de esta lógica, la del campo, para separar lo superficial de lo útil, cultivar la paciencia y situar el norte. Pensando con las manos y haciendo uso de la fotografía, la performance y el juego trato de poner remedio a los hábitos y prácticas que nos oprimen en el espacio público. Mi práctica gravita en torno a la construcción de un escenario en el que la producción artística se articula como un incidente más en la constelación de imágenes que nos envuelven.
PROYECTO - From the tip of the tongue to the soles of the feet
Encarnando el dolor, prestando un oído a una curandera y pensando junto a la naturaleza, me pregunto cómo nuestros traumas personales podrían ayudar a crear una sociedad más solidaria.
El proyecto se basa en la idea de que las dificultades persona- les no sólo están relacionadas con las rupturas individuales, sino que están conectadas con una disfunción mayor de las estructuras sociales. En este contexto, las terapias alternativas occidentales y los hongos se entrelazan como ejemplos para mostrar que la interconexión entre las personas es extremadamente importante en la recuperación del individuo traumatizado.
Se trata de un proyecto sobre la tierra, sobre las personas, sobre el arraigo, sobre el sentimiento de conexión en lugar de alienación y sobre la vida en comunidad. Las experiencias se plasman en un fotolibro (dummy en que estoy trabajando) que muestra la exploración visual que he realizado durante los dos últimos años, y que también contiene sesiones de curación y recetas para diversos males.
También incluye esporas de hongos para que el libro crezca hasta convertirse en una seta, representando la importancia de dejar ir las cosas. El proyecto se presenta en escena como una performance que propone un aprendizaje horizontal entre los participantes utilizando el libro como una herramienta.